En la costa oeste de Madagascar, la tradición naval es muy importante, por el origen de la población pero sobre todo por la historia. Entre estas historias, la de la familia Joachim sería la más interesante.
Para los que tengan ojo, los barcos de la Costa Oeste no son todos de tipo indio o árabe, hay algunos que destacan.
Aparte de las canoas de tipo indonesio, los dhows de carga de tipo indio y las largas canoas africanas, existen las de dos mástiles y calado que favorecen el transporte de mercancías, las goletas bretonas.
Esto se debe a que estaban directamente vinculados a una familia francesa que llegó a Madagascar hace más de 150 años gracias al rey Radama II.
La llamada de un rey
En ese momento, los barcos mercantes árabes y europeos dominaban los mares de Madagascar. El rey Radama II, el rey malgache en ese momento, apeló al gobierno francés para que lo ayudara a recuperar esta dominación. En respuesta a esta solicitud, los franceses enviaron a la familia Joachim desde La Réunion.
Lamentablemente, el rey Radama II fue asesinado antes de la llegada de los Joaquín. Asimismo, por desgracia para los Joachim, se vieron obligados a huir poco después de su llegada. Les tomó varias décadas regresar a la costa oeste de Madagascar.
Fue entonces, en los pueblos de Morondava y Belo-sur-Mer, que los Joachim finalmente pudieron comenzar lo que originalmente se les pidió que hicieran: construir goletas para Madagascar.
El legado
Poco después, la familia Joachim creó sus propias escuelas de construcción naval para que pudieran enseñar su oficio a los malgaches.
Hoy en día, las goletas construidas en Morondava y Belo-sur-Mer se fabrican utilizando las técnicas originales de la familia Joachim. Se construyen y botan unas 12 goletas al año. La mayor diferencia en comparación con los métodos de la familia Joachim es que los lugareños han introducido un estilo de construcción llamado " Fomba ": cuando el mpanandro local (especie de astrólogo) es contratado para monitorear y supervisar la construcción. Son entonces estos mpanandros los que deciden la fecha de la botadura de una goleta.
Muchos malgaches de la costa oeste son pobres y no hay electricidad disponible en algunos de estos pequeños pueblos pesqueros. Por lo tanto, los constructores aún fabrican estos barcos malgaches a mano.
El día de la botadura de una nueva goleta, todo el pueblo se reúne para celebrarlo.
®Gaël RAKOTOVAO

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