Los primeros relatos del descubrimiento de esta isla provienen de los griegos que surcaron los mares de Oceanía, es decir alrededor del año 500 a.C. Pero la tesis más oficial es sin duda la de un asentamiento por oleaje procedente de Austronesia y África.
La historia de la isla roja es muy reciente. Es una de las últimas tierras en ser poblada. Procedentes de varios horizontes, las oleadas de llegadas no han cesado desde hace más de dos milenios hasta el siglo XV de nuestra era.
Siempre se ha considerado -a falta de hallazgos arqueológicos significativos- que Madagascar no había sido ocupada antes de finales del primer milenio d. C., es decir, en una época muy reciente. Cuando los europeos comenzaron a interesarse científicamente por las poblaciones y la historia de la isla, rápidamente notaron que los idiomas que se hablaban en la isla grande pertenecían a una rama indonesia de la familia malayo-polinesia, que sustentaba una población de origen, pero esta hipótesis estaba en contradicción con las características antropológicas de las poblaciones indígenas, adoptando la mayoría caracteres muy africanos en cuanto a los rasgos indonesios, se mantuvieron muy claramente entre los merina y los betsileo del norte.
Las migraciones marítimas desde el archipiélago indonesio sólo podían realizarse a bordo de grandes embarcaciones que ahora sabemos que la gente de Sumatra supo construir en la época del Imperio Srivijaya. La historia del poblamiento de Madagascar sigue siendo muy difícil de reconstruir en la medida en que las culturas austronesias eran civilizaciones vegetales y, por lo tanto, dejaron, para estos períodos muy antiguos, muy pocos rastros identificables susceptibles de ser explotados por los historiadores arqueológicos, a excepción de la cloritosquita. vasijas descubiertas en el sitio de Vohémar, en la costa noreste de Madagascar, que son muy similares a objetos similares descubiertos en Dembeni (en las Comoras) y en África Oriental.
A estas diversas hipótesis hay que añadir la relativa a los Vazimba, los primeros ocupantes más o menos míticos de la isla, a los que el etnólogo Jean Poirier supuso parientes de las poblaciones bushmanoides del sur de África... Los primeros paleoindonesios -sin duda mezclado con elementos africanos, practicaba la navegación y la pesca, así como la agricultura de tala y quema, según métodos identificados entre ciertas poblaciones de Borneo.
Si los orígenes de la población indonesia de Madagascar son, pues, más o menos conocidos, el de sus poblaciones costeras, evidentemente africanas a excepción de los árabes, sigue siendo objeto de debate.

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