El Ferrocarril Fianarantsoa-Côte Est (FCE) es un ferrocarril de construcción colonial en el sureste de Madagascar que conecta la ciudad de Fianarantsoa, ​​en la meseta alta, con la ciudad portuaria de Manakara. Con 163 kilómetros de largo, fue construido por los franceses entre 1926 y 1936 gracias al programa de trabajos forzados SMOTIG. Los franceses utilizaron rieles y traviesas prestadas por Alemania como reparaciones de la Primera Guerra Mundial para construir la línea. Muchos de los ferrocarriles todavía llevan la fecha de fabricación que se remonta a 1893.
En 2000, ciclones sucesivos provocaron 280 deslizamientos de tierra y 4 interrupciones importantes del servicio durante meses, hasta que se puso en marcha un proyecto de rehabilitación con la ayuda de USAID, Swiss Railways y otras organizaciones. Un estudio realizado por el Proyecto de Apoyo a la Gestión Ambiental (PAGE) en 2000 concluyó que el mantenimiento del tren ayuda a prevenir la deforestación por una suma de 97.400 hectáreas durante 20 años. Las entrevistas con los aldeanos durante el cierre temporal revelaron que no tendrían más remedio que cortar los cultivos de árboles que enviaban al mercado por ferrocarril y, en su lugar, plantar arroz o mandioca.
El FCE está actualmente en servicio, pero su infraestructura obsoleta lo hace vulnerable a las interrupciones del servicio causadas por rieles rotos, material rodante viejo y deslizamientos de tierra causados ​​por ciclones.
El ferrocarril cruza la pista del aeropuerto de Manakara, uno de los tres únicos lugares del mundo donde un ferrocarril cruza una pista inclinada.
Turísticamente, es uno de los 'must' de esta región de Fianarantsoa en la costa sureste. Sobre unos 170 kilómetros de vías, atravesamos nada menos que 17 estaciones y multitud de pequeñas paradas durante la recolección de los productos del campo, plátanos, lichis, manzana-canela y otras frutas exóticas que sólo podían salir por este camino. oh qué vital para esta población esencialmente campesina.
La frecuencia es de tres salidas cada semana, en un sentido o en el otro. Decir que las salidas son regulares sería quedarse corto, si el tren sale sobre las 07.00 de la mañana para llegar al otro extremo a 170 kilómetros, tardará más de 10 horas en hacer todo el trayecto. Cuando todo está bien. De lo contrario, tendrás que dormir en tu asiento y esperar a que se reinicie. Toda la infraestructura tiene casi un siglo de antigüedad y la naturaleza no facilita la situación con derrumbes de taludes que ocurren incluso en tiempo seco.
Aparte de esta situación, esta línea es muy popular entre los viajeros porque te permite cruzar todo el lado este de la isla mientras te tomas el tiempo para ver y apreciar el paisaje, conociendo a la población local a bordo y durante las paradas. Generalmente la primera clase se asigna a los viajeros extranjeros pero al final del viaje gran parte termina en segunda clase, donde hay más que ver y descubrir para quien sabe comunicarse con los locales, que además son muy acogedores. .
La única pega del FCE sería su lado aleatorio, nunca se sabe si el tren saldrá, si llegará a la estación pero en algún lado está su pequeño extra, no para el desarrollo del turismo sino para mantener su alma pintoresca y tranquila. como a la manera malgache: "Mora Mora".

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